sábado, 25 de octubre de 2008

La investigación, el método para contar la historia


Contar una historia en periodismo es quizá uno de los retos más grandes que tiene este oficio. La responsabilidad que exige entregar información a las personas está sujeta al grado de profundidad que tenga la investigación, de ahí la importancia de ésta en la labor periodística.

Leer el entorno: el barrio, el parque, la tienda, el bar, la calle, la escuela, el puente, el edificio, el carro, el perro, el semáforo, en fin, lo que nos rodea, es el primer paso para entender la ciudad y comenzar a interpretarla. Luego viene la descripción para contar la historia. Este es el acercamiento al trabajo de campo, el punto que rescato como el más importante de la investigación. El filósofo escolástico Tomás de Aquino dijo: “No hay nada en la mente que antes no haya pasado por los sentidos”.

El trabajo de campo es donde el investigador debe hacer un acercamiento a los escenarios, para quienes están en el proceso de formación periodística dejar el temor o coloquialmente “echarse al agua” es el comienzo del oficio. Buscar proximidad con el objeto de estudio, crear cierta complicidad con el personaje, hacer preguntas que se consideran “bobas”, contrastar la información, entre otros, son recursos que el periodista debe utilizar para obtener un buen producto investigativo. En el caso del periodismo escrito: el texto.

El método para buscar la información es otro punto importante que se debe tener en la cuenta un momento previo, una estructuración del trabajo y un producto. Tener claro el objeto, cómo y dónde iniciar la investigación, qué preguntar, conocer previamente el tema y compenetrarse con él para finalizar con un producto que cuente la historia clara para quien la ve, la oye o la lee.

Los medios de comunicación cuentan con la credibilidad del público. Allí radica uno de los problemas, que está en sí la información es correcta y verídica; ahí está la responsabilidad del periodista y como afirma el antropólogo César Tapias “el medio debe ser mediador”. El lío es que los grandes medios de comunicación prefieren la cantidad de información a la calidad, la indagación es superflua.

Las ciencias humanas van de la mano y es por esto que antropólogos, etnólogos y periodistas tienen en común el estudio de los sujetos y su entorno, la inmersión y la aprehensión de culturas terminan en grandes historias.

Los hechos que han atravesado la historia del país y del mundo necesitan ser contados en contextos contemporáneos para que las nuevas generaciones se apropien y conozcan el pasado, el problema radica en la forma cómo se cuenta. Este es el meollo de un asunto que sólo se arregla con método de investigación.

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